He mirado el calendario y he visto que hace 17 días que Él no
ha aparecido por casa. No sé si está trabajando o si está dando vueltas por las
estrellas, Ella me dice eso, pero como yo no creo mucho en esas tonterías, no
sé que pensar.
Lo que sí sé es que desde el primer día que desapareció tengo
mucha necesidad estar enganchado a Ella. Hasta ladro menos y eso que tengo un
hambre que me muero desde que me han quitado los wewetes y la única manera de
que caiga un chuche es dando la tabarra. Me estoy poniendo ceporro, pero Ella
me achucha igual, incluso más y eso que a veces lo hace con las mejillas
mojadas y se las lamo, están saladitas y saben a dolor y7 entonces me pongo un
poco más triste, pero me dejo hacer lo que Ella quiera. En fin, intentaré
entender que está pasando en esta casa, pero me voy a esperar un poco, como
dicen los mayores: tiempo al tiempo.
Estos días viene mucha gente a esta casa, más que nunca y
cada uno habla a su manera.
Hoy se ha ido una tía (qué buenorra estaba la tía) y no ha parado de
hablarme como si yo fuese un poco mariquita, tol rato me decía “perrín paquí,
perrín pallá) Eso sí vaya manos de seda tenía!!!!!
Hace ya muchos días
vino un tio grandote, bien plantao que a veces también me llamaba “perrín” y que olía a perretes, dicen que
venía de La Pola. Igual es que una vez te capan en vez de ser un perro machorro
te conviertes en un perro perrín. ¡Qué se vayan todos a tomar viento fresco que
no quiero romperme la cabeza con tanta pijeria!
Ha pasado gente por mi casa, de todos los tamaños, en general ellas un poco
enanas y ellos un poco gigantes, salvo alguna excepción, como una tal Vicki que
esa le sacaba más de un palmo a mi Ella.
He tenido una semana que me han puesto de los nervios porque
han revuelto dos habitaciones. Una era esa que yo llevo 15 años sin entrar,
donde Robert se mete, se sienta y teclea a toda leche, como yo ahora. La otra
es la habitación de mi hermano Oriol. No han dejado nada en su sitio y además
han bajado mogollones de bolsas al contenedor de basura.
El que más ha estado por aquí es uno que se parece a Él, yo
creo que está más cachas que Robert, pero sí que es verdad que se parece a él y
este me ha traído chuches diferentes y sus caricias me recuerdan a las de sobón
number one, a Robert.
Me tienen hasta los wewos, la verdad. Menos mal que me han
puesto una cama en cada rincón de la casa, creo que son cuatro, porque claro ya
no soy capaz de separarme de Ella ni dos minutos, a ver si me meten también a
mi en una bolsa y me echa a la basura.
Jejeje eso es una broma gilipollas porque Ella me ha dicho
que tengo que aguantar como mínimo tres añitos porque sino me va a patear y
como yo soy muy obediente aunque esté sordo, le voy a hacer caso, es más, en
vez de tres, estoy pensando durar cinco
largos años.
Pronto haré el siguiente capítulo de las andanzas de esta
casa que me tiene mareadoooooo.
A ver que me espera esta semana que entra……..
3 comentarios:
Me parece muy bien qué escriba, todo lo qué siente que es mucho con todo su cariño,es precioso mil 💋💋💋💟
Me ha encantado y emocionado a partes iguales, Pilar.
Sigue escribiendo, por favor...
Un abrazo enorme.
Laura
Si es que Ella tiene unas complices geniales, que me entienden hasta a mí y eso que soy tan raro como un perro verde.
Intentaré convencerla para que me haga compañía mientras escribo, pero me cuesta, anda poniendo todo patas parriba y eso que sabe que eso me pone de los nervios, pero parece que el no parar la relaja a Ella....
Como siempre digo..... paciencia, paciencia que pa eso es la que me da de comer.
Gracias a las dos.
Publicar un comentario