PitaPata Dog tickers

sábado, 20 de abril de 2019

Qué diferente está la casa sin Él


He mirado el calendario y he visto que hace 17 días que Él no ha aparecido por casa. No sé si está trabajando o si está dando vueltas por las estrellas, Ella me dice eso, pero como yo no creo mucho en esas tonterías, no sé que pensar.

Lo que sí sé es que desde el primer día que desapareció tengo mucha necesidad estar enganchado a Ella. Hasta ladro menos y eso que tengo un hambre que me muero desde que me han quitado los wewetes y la única manera de que caiga un chuche es dando la tabarra. Me estoy poniendo ceporro, pero Ella me achucha igual, incluso más y eso que a veces lo hace con las mejillas mojadas y se las lamo, están saladitas y saben a dolor y7 entonces me pongo un poco más triste, pero me dejo hacer lo que Ella quiera. En fin, intentaré entender que está pasando en esta casa, pero me voy a esperar un poco, como dicen los mayores: tiempo al tiempo.

Estos días viene mucha gente a esta casa, más que nunca y cada uno habla a su manera.
Hoy se ha ido una tía (qué  buenorra estaba la tía) y no ha parado de hablarme como si yo fuese un poco mariquita, tol rato me decía “perrín paquí, perrín pallá) Eso sí vaya manos de seda tenía!!!!!
Hace ya  muchos días vino un tio grandote, bien plantao que a veces también me llamaba  “perrín” y que olía a perretes, dicen que venía de La Pola. Igual es que una vez te capan en vez de ser un perro machorro te conviertes en un perro perrín. ¡Qué se vayan todos a tomar viento fresco que no quiero romperme la cabeza con tanta pijeria!

Ha pasado gente por mi casa,  de todos los tamaños, en general ellas un poco enanas y ellos un poco gigantes, salvo alguna excepción, como una tal Vicki que esa le sacaba más de un palmo a mi Ella.
He tenido una semana que me han puesto de los nervios porque han revuelto dos habitaciones. Una era esa que yo llevo 15 años sin entrar, donde Robert se mete, se sienta y teclea a toda leche, como yo ahora. La otra es la habitación de mi hermano Oriol. No han dejado nada en su sitio y además han bajado mogollones de bolsas al contenedor de basura.

El que más ha estado por aquí es uno que se parece a Él, yo creo que está más cachas que Robert, pero sí que es verdad que se parece a él y este me ha traído chuches diferentes y sus caricias me recuerdan a las de sobón number one, a Robert.

Me tienen hasta los wewos, la verdad. Menos mal que me han puesto una cama en cada rincón de la casa, creo que son cuatro, porque claro ya no soy capaz de separarme de Ella ni dos minutos, a ver si me meten también a mi en una bolsa y me echa a la basura.

Jejeje eso es una broma gilipollas porque Ella me ha dicho que tengo que aguantar como mínimo tres añitos porque sino me va a patear y como yo soy muy obediente aunque esté sordo, le voy a hacer caso, es más, en vez de tres, estoy pensando  durar cinco largos años.

Pronto haré el siguiente capítulo de las andanzas de esta casa que me tiene mareadoooooo.

 A ver que me espera esta semana que entra……..

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me parece muy bien qué escriba, todo lo qué siente que es mucho con todo su cariño,es precioso mil 💋💋💋💟

Laura Reinón López dijo...

Me ha encantado y emocionado a partes iguales, Pilar.

Sigue escribiendo, por favor...

Un abrazo enorme.

Laura

Pilar MMM dijo...

Si es que Ella tiene unas complices geniales, que me entienden hasta a mí y eso que soy tan raro como un perro verde.

Intentaré convencerla para que me haga compañía mientras escribo, pero me cuesta, anda poniendo todo patas parriba y eso que sabe que eso me pone de los nervios, pero parece que el no parar la relaja a Ella....

Como siempre digo..... paciencia, paciencia que pa eso es la que me da de comer.

Gracias a las dos.