Pues sí, llevo unos días despotricando y maldiciendo cada petrdo, petardito o ruido que suene a traca verbenera.
Sí, claro, ellos disfrutan con esos monstruosos ruidos, menos mal que en mi casa a nadie les gustan, sólo me faltaría eso!!! Amargadito estoy desde hace más de una semana.
Y esta noche se avecina todavía más terrible, es la verbena. Ella se acurrucará conmigo, eso me ha dicho.
TAmbién me ha contado que ha comprado un medicamento que me hará dormir más profundo. En el veterinario había cola para solicitarlo. No es un consuelo que todos anden tan cagaos como yo, pero por lo menos no me siento tan tocada la hombría. ¡Qué verguenza! Un tiarrón como yo temblando como una hoja por culpa de esos desquiciados.
Pero es que...... ayyyy..... me rompen los timpanos, se mete un temblor por las pezuñas que me frie el seso, me descontrola los movimientos y hasta la vista.... dios mio ¡malditos petardos!
Entre el fútbol, la verbenas, el fin de año y más fútbol, siempre tienen motivos para lanzarlos. Ya se los podía meter por el c.....
En fin, que agradezco que Ella no salga esta noche porque aunque me duerma con el chute que me dará, seguro que me sentiré mejor si sé que Ella está a mi lado.
Además aquí no tengo mi parapeto, como en casa de Maribel, ese rincón debajo de la cama que me protege de todas las batallas.
Ya os contaré las peripecias del día de hoy.
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