Yo no sé si eres mi amigo, mi cómplice o mi “padre”, lo que sí sé es que eres mi mejor cepillo, mi mejor compañero para pasear, me sirves de somnifero instantáneo al magrearme con esas zarpas grandotas que tienes.
Eres una gran alegría cuando te veo llegar después de esas ausencias tan intermitentes con las que me “castigas”. Ella dice que vas a buscar garbanzos, pero ¿es que yo no sé acompañarte cuando los vas a buscar? Como digas que no sé, te llamaré mentiroso porque no es eso lo que me cuentas al oído.
Bueno…. Te perdono. Más que a Ella, te lo aseguro. Porque las mamis tienen menos perdón que los papis. Jeje, no se lo enseñes a Ella que se me pone agria.
Sesenta y dos añitos me dicen…. Empiezas a ser un buen carroza aunque haya gente que no te eche más de 60… no te preocupes, yo soy uno de esos que te alcanzará porque yo cumplo de siete en siete a mi pesar (y al tuyo, lo sé) pero también sé que me cuidarás y te cuidaré, así que a celebrarlo como si fueras un chavalín como yo ¿a que no se me notan mis 49?
Hala…. Sé feliz y haz feliz a quienes te rodean, no te olvides de eso, ya sabes que yo tengo cariño para todos… tú, prométeme, que también.
Coffee.
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