Llevo todo el día con el abrigo limpio y recortado. Lo cierto es que me siento rarro sin mis rastas, sin mis nudos y sin la pestucia de entre los dedos que me hacían sentir tan especial. Creo que a ellos les gusto más oliendo a "nena limpita" en fin, que sabrán ellos de lo que disfruto yo chupeteando todo lo añejo que crian mis pelos.
¿A qué no parezo yo?
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