Por primera vez voy a escribir estando un poco asustado y dolorido.
Sólo un poco pero lo suficiente como para que mi aventura pase a la posteridad: me he convertido en perro pastor por un buen rato.
Llevo dos días yendo al monte riojano, seco y espinoso de narices, pero amplio y fresquito, con miles de olores y de tanto en tanto me encuentro con bicharracos monumentales a los que les ladro y toreo, hasta me meto entre sus patas y rabos, al lado suyo parezco una ratita pero me hago notar, ya lo creo. Tan pronto me alcanzan Ellos me amarran con la correa y me riñen, no les gusta que mida mis fuerzas con esos gigantones.
Eso si, cuando no están a la vista me dejan suelto y disfruto galopando y jugando con perretes que me encuentro por el camino. Ains lo mío es vivir en libertad, jeje, a quien no le va a gustar eso!!!
Hoy ha sido un poco arriesgada mi aventura, cuando pienso que hubiese podido pasar, meto el rabo entre las piernas temblorosas e intento no ponerme dramático, pero he aprendido que la cabras son muy locas y rápidas y que hay unos con cornamenta que me plantan cara, pero jeje, yo soy una bala y no me pillaba ni de coña. Al ladrar al rebaño han ido desfilando a toa leche a lo alto de la colina y yo detrás claro…. Si, si que oía a Ella chillando mi nombre, con mucho brío. En un principio he pensado que me animaba para convertirme en un buen perro de rebaño, me lo pasaba pipa haciéndolas trotar, pero me da que algo iba mal porque Ella estaba nerviosa gritándome y cada vez la veía más diminuta a lo lejos.
Al poco he notado la presencia de un humano que también gritaba y me lanzaba una piedra que sólo me ha rozado pero la segunda me ha dado en too el muslamen, joer que daño me ha hecho, eso me ha hecho bajar hacía Ella deprisa, sabía que Ella me protegería pero cual ha sido mi sorpresa que cuando me ha agarrado me ha metido un rapapolvo de narices, jo, que rollo. Estaba afónica y asustada. Por qué? Si yo era el rey de la manada… o eso me ha parecido.
Lo cierto es que me he alegrado de andar al lado de Ellos, estaba agotado, con la emoción no me he dado cuenta de todo lo que he trotado.
Al llegar a casa me he tirado en el suelo, arrastrando la lengua, con el corazón acelerado y con mirada de santito. Al final me han mimado, arrancado todas las zarzas enredadas en el pelo. Me he dejado hacer sin decir ni mú.
Me da que yo soy un mozo de asfalto y que eso de ser un machote de monte lleva un tiempo de aprendizaje. Tendría que aprender a no meterme en territorios que no controlo.
Ella me decía que de no haberme alejado aquel hombre del rebaño igual me perdía o me pasaba horas trotando y cómo y dónde iba a volver al darme cuenta??? Y si llega el macho cabrio a darme una cornada y me deja baldado de por vida? o si la piedra me da en la cabeza y me deja ko, qué???
Dios mío, mejor ni pienso en todo eso porque sino las pesadillas me van a hacer aullar toda la noche.
En cualquier cado me encanta el campo, la libertad y mis amos!!!!!!
17 de septiembre del 2008
Sólo un poco pero lo suficiente como para que mi aventura pase a la posteridad: me he convertido en perro pastor por un buen rato.
Llevo dos días yendo al monte riojano, seco y espinoso de narices, pero amplio y fresquito, con miles de olores y de tanto en tanto me encuentro con bicharracos monumentales a los que les ladro y toreo, hasta me meto entre sus patas y rabos, al lado suyo parezco una ratita pero me hago notar, ya lo creo. Tan pronto me alcanzan Ellos me amarran con la correa y me riñen, no les gusta que mida mis fuerzas con esos gigantones.
Eso si, cuando no están a la vista me dejan suelto y disfruto galopando y jugando con perretes que me encuentro por el camino. Ains lo mío es vivir en libertad, jeje, a quien no le va a gustar eso!!!
Hoy ha sido un poco arriesgada mi aventura, cuando pienso que hubiese podido pasar, meto el rabo entre las piernas temblorosas e intento no ponerme dramático, pero he aprendido que la cabras son muy locas y rápidas y que hay unos con cornamenta que me plantan cara, pero jeje, yo soy una bala y no me pillaba ni de coña. Al ladrar al rebaño han ido desfilando a toa leche a lo alto de la colina y yo detrás claro…. Si, si que oía a Ella chillando mi nombre, con mucho brío. En un principio he pensado que me animaba para convertirme en un buen perro de rebaño, me lo pasaba pipa haciéndolas trotar, pero me da que algo iba mal porque Ella estaba nerviosa gritándome y cada vez la veía más diminuta a lo lejos.
Al poco he notado la presencia de un humano que también gritaba y me lanzaba una piedra que sólo me ha rozado pero la segunda me ha dado en too el muslamen, joer que daño me ha hecho, eso me ha hecho bajar hacía Ella deprisa, sabía que Ella me protegería pero cual ha sido mi sorpresa que cuando me ha agarrado me ha metido un rapapolvo de narices, jo, que rollo. Estaba afónica y asustada. Por qué? Si yo era el rey de la manada… o eso me ha parecido.
Lo cierto es que me he alegrado de andar al lado de Ellos, estaba agotado, con la emoción no me he dado cuenta de todo lo que he trotado.
Al llegar a casa me he tirado en el suelo, arrastrando la lengua, con el corazón acelerado y con mirada de santito. Al final me han mimado, arrancado todas las zarzas enredadas en el pelo. Me he dejado hacer sin decir ni mú.
Me da que yo soy un mozo de asfalto y que eso de ser un machote de monte lleva un tiempo de aprendizaje. Tendría que aprender a no meterme en territorios que no controlo.
Ella me decía que de no haberme alejado aquel hombre del rebaño igual me perdía o me pasaba horas trotando y cómo y dónde iba a volver al darme cuenta??? Y si llega el macho cabrio a darme una cornada y me deja baldado de por vida? o si la piedra me da en la cabeza y me deja ko, qué???
Dios mío, mejor ni pienso en todo eso porque sino las pesadillas me van a hacer aullar toda la noche.
En cualquier cado me encanta el campo, la libertad y mis amos!!!!!!
17 de septiembre del 2008
2 comentarios:
¡Hola Coffee!
Soy Rex. Ayer Desdichado después de mucho tiempo entró en tu página, y le oí hablando solo de tu fantástica aventura. Como es un caballero de pocas palabras no te escribió nada, pero como me he aprendido su contraseña, he cogido su ordenador y aquí estoy para hablarte de perro a perro.
Que envidia que me das. Viajando y corriendo a tus anchas. Aquí estoy yo como un perro urbanita, aguantando las reflexiones y conversaciones de mi dueño. Entre nosotros, creo que se está desquiciando un poco. Ahora anda diciéndome que está mandando mensajes en botellas¿?.
Sigue contándonos tus aventuras, pero se prudente, que Ella no se merece esos sustos.
Uy, me voy que ya llega Desdichado.
where you come from!
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